Si pensábamos que los memes del “hijo de la Tomasa” habían llegado a su punto álgido y eran tendencia en Twitter, estábamos equivocados… de pronto aparece un tuit aparentemente anodino de la cuenta de un tal «Manuel Bartual», dibujante y diseñador que se autodefine en su web con un breve “hace muchas cosas”. Como todo hijo de vecino, una de esas cosas que hace Manuel es irse de vacaciones. Una vez en su destino de playa detecta algo extraño a su alrededor y se desata la locura.

La locura. De unos pocos miles de seguidores a más de 300.000 en 48h.

Su primer tuit fijado data del 21 de agosto. Nadie, ni siquiera Mr. Bartual podía sospechar lo que se le avecinaba.

A media tarde del sábado 26, su cuenta – oficial – supera los 300.000 seguidores, partiendo de unos humildes miles de hace 5 días y, todos, conseguidos a golpe de tuit.

Manuel está contando, tuit a tuit, una historia – ATENCIÓN SPOILER – durante un paseo por la zona dónde se aloja en sus vacaciones encuentra un hotel muy parecido al suyo, sufre varias confusiones al hablar con el recepcionista, se pierde por los pasillos hasta que encuentra su habitación, la 328, y al entrar en ella… se encuentra con alguien que parece él mismo… y hasta ahí puedo leer…

A partir de ahí la historia se ramifica en un par de cuentas paralelas, Manuel se asusta, intenta volver a su casa, no llega a coger el vuelo, al final lo consigue, en el embarque le dicen que hay dos pasajes a nombre de Manuel Bartual… la intriga y la diversión está servida… y todavía sigue.

Las claves de Manuel.

Manuel publica tuits cada pocos minutos, o con pocas horas de intervalo, y la repercusión que esta teniendo es increíble. Difícil de medir, pues no utiliza un hashtag, pero si la repercusión la medimos por número de interacciones, me gustas y retutis, Manuel se sale de la gráfica. Sólo hay que mirar a la velocidad que aumentan los datos tuit a tuit. Y que Gerard Piqué, y varias marcas que se suben al “carro”, te mencionen también es síntomático.

Pero vamos a las claves:

1. Storytelling. Nada nuevo, los prehistóricos nos sentábamos alrededor de la hoguera a contar cacerías, a los niños les encantan los cuentos, y todos estamos enganchados a alguna serie… conecta con nuestras ganas de saber y nuestra curiosidad.

2. Naturalidad. Manuel nos lo cuenta sin ningún artificio, sin raros conceptos ni truculencias; suelta tacos, fases breves, lenguaje coloquial y cercano. A veces parece que hasta lo que escribe simplemente lo está pensando en voz alta…

3. Público entregado. Twitter en un arma de doble filo, igual te santifica que te crucifica en menos que canta un gallo. Pero cuando algo sobresale, algo se diferencia, se contagia – ver memes del hijo de la Tomasa – y la respuesta del público de twitter es brutal; un público joven, entregado, con ganas de algo nuevo y con el smartphone en la mano todo el día.

4. Contenido. Al igual que la historia, o que la forma de contarla, el contenido que la acompaña está elaborado con absoluta naturalidad; vídeos de pasillos, baja calidad, sustos, temblores, desenfoques, unboxing de sobres contendiendo pistas… toca todos los palos de la intriga y el misterio… pero de una forma auténtica, inmediata y sin pretensiones.

5. Novedad. Aunque el género ya tiene su presencia en la historia de la literatura y del cine, Manuel lo adapta a twitter de una forma muy creativa; confunde al lector y al protagonista al mismo tiempo. Incluso va más allá, creando cuentas paralelas – el “otro” Manuel, el recepcionista del hotel… – convirtiendo a twitter no sólo en el medio, sino también en parte de la historia.

6. Imparable. A pesar que Twitter es una herramienta muy útil para establecer conversaciones o hilos, Manuel no ceja en su intención de contar la historia, pasando olímpicamente de RT, menciones y ruido paralelo. Él a la suya… sin parar…

7. Contagio. De pronto todos hemos querido participar de la historia; con un comentario, con un retuit, con una mención, incluso cambiando nuestro avatar y nuestro nombre al de Manuel Bartual, generando así mayor confusión si cabe…

¿Y las marcas? ¿Qué pueden aprender de Manuel?

Cada acción con éxito en redes sociales es susceptible de ser adoptada por una marca para su beneficio. No hace mucho el vídeo viral de los tres italianos cantando “Despacito” fue utilizado por el propio Luis Fonsi con una réplica que le incluía a él mismo y que relanzó la viralidad del vídeo a cotas insospechadas… y a las cientos de miles de versiones del tema… abrumador…

¿Qué nos enseña a los profesionales de la Comunicación y a las marcas el Caso Manuel Bartual?

Lo primero que me viene a la cabeza es uno de mis mantras que invito a tatuarse en  mis clases de Social Media; “No es la marca, no es el producto, es el cliente”. Manuel no se vende a sí mismo, no habla de su marca ni de su producto, pero deja meridianamente claro que es un crack de la narración, del uso de twitter, de la creatividad y de la capacidad de inventiva… Quizás sea agosto, quizás sea sábado, pero el lunes los teléfonos de las agencias del país no dejarán de sonar preguntando “¿Quien cojones es el Bartual este…?”

Algo que también que debemos aprender es a usar el lenguaje apropiado a nuestra comunicación, Manuel usa un lenguaje natural, hasta la palabrota y la brevedad. Menos es más. Y mientas nosotros currándonos los copys hasta las tantas y a la búsqueda de la palabra clave. Insensatos.

Manuel ha conseguido una visibilidad y una repercusión que a muchas marcas potentes les cuesta cientos de miles de euros y decenas de profesionales detrás de las acciones. Y lo ha conseguido con una herramienta gratuita, twitter, una conexión 3G y mucha, mucha, mucha dosis de creatividad y descaro.

No todo es oro lo que reluce…

1. Los cientos de miles de seguidores ganados por Manuel son por contagio de timeline, de pronto los TL se llenan de tuits que hacen referencia al mismo tema y todos acudimos a la fuente y la seguimos. Realmente no están interesados en el perfil – dibujante de cómics y diseñador – de Manuel, les interesa la historia. Los seguidores son volátiles, aparecen y desaparecen…

2. Interacciones sin sentido que pueden llevar al aburrimiento. Ahí debe aparecer la creatividad de Bartual para no decaer en la trama y mantener el interés… y llevar a buen fin la historia.

3. Efecto montaña rusa. Ayer la tendencia era “el hijo de la Tomasa” hoy es Bartual… ¿Mañana?. La velocidad de la comunicación online crea dioses de pies de barro que caen a la mínima o que se desmoronan rápidamente. Comunicación efímera oiga…tomemos nota.

Pero esto no queda aquí, Manuel sigue su aventura en twitter y os aconsejo seguirle, sonreír y aprender.

Frank Murray

Sábado 26 de agosto, 18:00 h.