Ya podemos irnos de petiscos en Valencia. Aquí decimos aquello de ¿nos hacemos una picaeta…? Maravilloso hábito de picar de todo lo que se ponga sobre la mesa saliéndose del encorsetado entrante, primero, segundo y postre… Atlántico, Casa de Petiscos de Pepe Solla, una propuesta basada en la tradición heredada de la gastronomía gallega más familiar, con las creatividad contemporánea de Solla.

Entramos en Atlántico, en el número 4 de Porta de la Mar y de pronto nos vemos sumergidos en un entorno cálido y agradable, un diseño de interior que evoca un ambiente marinero, desbordado de maderas, azul y blanco, cristal, restos de algún naufragio y redes llenas de matices del Atlántico. 

Todo un reto traer hasta Valencia la tradición gastronómica gallega que arrastra Pepe Solla, animada con su aportación contemporánea. Pero de valientes es el futuro y seguro que Solla consigue en Valencia los mismos elogios tras su apertura en Madrid. 

Pepe lleva en los genes la pasión por la gastronomía gallega, crecer entre fogones lo anima a iniciarse en el negocio familiar y arranca su formación como sumiller. Hasta la Estrella Michelín hay una carrera llena de pasión, viajes, aprendizaje y un mimo por su producto, el del Atlántico. Tras su desembarco en Madrid, este formato de “picoteo” gallego llega a Valencia.

La entrada y barra están llenas de mesas altas y taburetes, pero el restaurante nos ofrece más espacios. Un comedor con mesas de a dos, ideal para parejas y grupos que deseen disfrutar a “mesa puesta”. Un poco más al fondo, un privado permite disfrutar de la oferta gallega con otro ritmo y desde una perspectiva más íntima. 

Ya metidos en faena nos refrescamos con un Blanco de Godello que repetimos durante toda la comida. La carta de vinos ofrece muchas referencias más. Bajo la premisa “dónde fueres, haz lo que vieres” encontramos denominaciones de origen y uva gallega, Ribeiros, Rias Baixas, Valdeorras… atreveros a probar un tinto, AILALÁ, por ejemplo, del Valle del Avia, de “Los vinos de Miguel”. Nos dejamos aconsejar por Daniel, jefe de sala de la Casa y nos ofrece un tartar de gambas con crema de setas, un plato caliente para abrir boca. 

Enseguida aparecieron unos berberechos cocinados al vapor y aliñados con aceite de oliva y pimentón de la Vera, una mezcla de pimentón entre picante y dulce, que nos recuerda en boca el estilo de pulpo a feira, típico de Galicia. El jarrete llegó en Bao. Un bocadillo tierno, al vapor, relleno de un desmigado de guiso de jarrete, queso azul y endivia. Jugoso y sabroso. 

Daniel nos preguntó por nuestro gusto carnívoro. Nos habló de su taco de vaca, un lomo de vaca gallega madurado 40 días en bodega. Ahí adquiere su sabor característico, y una textura de mantequilla. A la vaca se le regulan los sabores con una salmuera y acaba a la plancha, al punto y acompañada de puré de berenjena. ¡No dejamos ni las migas del pan! ¡Gracias Daniel! 

Ya casi en la sobremesa nos endulzamos la tarde con su tiramisú gallego, servido en tarro de mermelada, con bizcocho de almendras y bañado con licor de café, y un generosos helado de avellana… Ir de petiscos se nos fue de las manos…

Atlántico, casa de petiscos.

Fotos by ©Frank Murray iPhone7 – Marzo 2017